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CIUDAD DEL VATICANO - Dos sacerdotes, asesinados el 19 de septiembre de 1943 en Boves (Cuneo, noroeste de Italia), la primera masacre nazi llevada a cabo en la península después del armisticio del 8 de septiembre, fueron proclamados hoy beatos.
Se trata de los párrocos Giuseppe Bernardi, de 46 años, que incluso fue quemado vivo, y de Mario Ghibaudo, de apenas 23 años, que se había ordenado como sacerdote hacía tres meses.
La beatificación llega justo el día en que se conmemora la redada del gueto judío de Roma.
"Hoy en Boves (Cuneo), Don Giuseppe Bernardi y Don Mario Ghibaudo, asesinados 'por odio a la fe' en 1943", serán beatificados", recordó el pontífice en el Angelus.
"En peligro extremo, no abandonaron el pueblo a ellos confiado, sino que lo asistieron hasta el derramamiento de sangre, compartiendo el destino trágico de otros ciudadanos exterminados por los nazis", agregó.
Luego, deseó "que su ejemplo inspire a los sacerdotes el deseo de ser pastores según el corazón de Cristo, siempre cerca de los suyos".
"¡Aplausos para los nuevos beatos!", pidió a los fieles reunidos en la Plaza San Pedro.
La misa de beatificación, en el pueblo de las afueras de Cuneo, fue presidida en nombre del Papa por el cardenal Marcelo Semeraro, prefecto de las Causas de los Santos, con el obispo de Cuneo y Fossano, Piero Delbosco, y el presidente de la Conferencia Episcopal Piamontesa, Franco Lovignana, obispo de Aosta.
Estuvieron presentes los obispos Marco Brunetti (Alba), Marco Arnolfo (Vercelli), Egidio Miragoli (Mondovì) y los eméritos Franceso Ravinale, Giuseppe Cavallotto Guerrini y Pier Giorgio Micchiardi.
Aquel trágico domingo comenzó con una pelea entre uno de los primeros grupos partisanos y de los alemanes, con el secuestro de dos integrantes de las SS (organización paramilitar al servicio de Adolf Hitler, ndr). Su comandante, Joachim Peiper, involucró a Bernardi y al empresario Antonio Vassallo como mediadores para su liberación.
A pesar del resultado positivo de la negociación, Peiper ordenó que se incendiara la ciudad.
Al final del largo día, Don Giuseppe y Vassallo fueron asesinados y quemados y don Mario murió en el acto mientras bendecía a un lugareño que había recibido un disparo de un soldado alemán.
Desde las primeras horas del día habían estado ocupados tratando de salvar al pueblo y a sus habitantes a costa de su vida.
Aunque estaba preso, Don Bernardi invitó a unas muchachas a orar con él frente al cuerpo de un soldado alemán.
Veinticinco muertes ocurrieron ese día, mientras que decenas víctimas, incluidos civiles y partisanos, se sumaron en Boves en otras oleadas de violencia en los meses siguientes.
En la ceremonia de esta tarde, en la Plaza Avis (cerca de en el santuario de la Virgen de los Bosques) también estaba Irma, una de las entonces jóvenes que en aquellas terribles horas rezaron junto a Bernardi y el soldado muerto.
La causa de beatificación comenzó en mayo de 2013, con la firma del obispo de Cuneo, entonces Giuseppe Cavallotto, en el convento de las Clarisas de Boves.
Desde el mismo lugar, el 26 abril de 2016, partieron las reliquias de los dos sacerdotes trasladados a la iglesia de San Bartolomeo, ahora un punto de referencia para la oración y el pedido de perdón de muchos devotos a ambos "mártires".
Con el tiempo, la relación también se intensificó con la comunidad de Schondorf, en Baviera.
Una amistad que tiene sus raíces en la voluntad común de trabajar por la paz y la reconciliación que comenzó cuando Bernardi y Ghibaudo descubrieron que Peiper - quien había muerto en un atentado en Francia en 1976 después de haber sido amnistiado en 1956- fue sepultado en la parte secular del cementerio de la parroquia de Schöndorf.
Una delegación de la ciudad alemana estuvo presente en la ceremonia, con coro propio, para animar la misa junto al de la parroquia de Boves y la Catedral de Cuneo.
La pintura que representa a los dos beatos fue hecha por Gianluca Busi, párroco de Marzabotto, otra señal de intercambio entre comunidades que sufrieron tragedias similares.