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por ESTEBAN VALENTI

"Los partidos políticos no mueren de muerte natural, se suicidan". José Enrique Rodó

La acumulación de datos políticos y de crónica policial relacionados con el Partido Nacional, hacen surgir preguntas que nunca antes hubiéramos imaginado.

Hacer la lista es casi imposible, todos los días aparece una nueva variante y la mayoría de las veces no tiene relación con la política, sino con la crónica y es un atentado a la política, en el buen sentido de la palabra y de su propia historia.

Luis Alberto de Herrera era sin duda un hombre de derecha con una larga y proficua trayectoria política con la que he tenido muy pocos puntos de contacto o de acuerdo. Normal. Pero hay algo que hay que reconocerle, fue firme en la defensa de la soberanía nacional, incluso durante la Segunda Guerra Mundial, en el que las tensiones mundiales zarandearon muchas ideologías y posiciones políticas, nadie puede dudar de que Herrera se opuso firmemente a que se instalarán bases militares norteamericanas en suelo uruguayo. Es parte del patrimonio del Partido Nacional y se suponía de la familia Lacalle, por razones políticas y de parentesco.

Al año de gobernar el Presidente anuncia en el parlamento que ya está todo decidido para entregarle el control casi total del puerto de Montevideo a la empresa belga Katoen Natie por 60 años, con un nuevo contrato, totalmente diferente del que había regido en los 20 años anteriores.

De hecho, sumando el monopolio del movimiento de contenedores, la principal actividad del puerto, el control sobre el Reglamento de atraque y beneficios suplementarios, se le concedió a cambio de obras por 600 millones de dólares en 60 años (10 millones por año) el manejo de lo fundamental del único puerto de aguas profundas del Uruguay. Mucho más y peor que una base extranjera en el Uruguay.

La fiscalía, luego de un pronunciamiento dudoso por donde se lo mire, ahora está estudiando nuevamente el procedimiento, que por ejemplo no tuvo el pronunciamiento del Directorio de la ANP, como está establecido explícitamente en la Ley de Puertos. Fue un negocio, turbio por donde se lo mire.

¿Se puede seguir llamando Herrerismo, a una fuerza política que borró de un plumazo una parte importante de su historia? No, es otra cosa, es lacallismo.

Comienza el debate político con una carta abierta del intendente de Canelones Yamandú Orsi sobre el tema y luego dos senadores, Charles Carrera y Mario Bergara inician diversas actividades parlamentarias y de denuncia ante la justicia. Una empresa fundada pocos días después de instalado el gobierno de Lacalle, Vertical Skies, con sede en Miami, Estados Unidos con la participación del jefe de la custodia presidencial Alejandro Astesiano. Los ejecutivos de la empresa le encomiendan a Astesiano armar dos dossier sobre los legisladores del Frente Amplio, para presionarlos sobre sus denuncias contra Katoern Natie. No hay antecedentes en el Uruguay de algo similar. Esta actividad ilícita estaba comprobada hace meses, pero ahora se confirmó con nuevos chats. ¿Alguien puede creer que fue una iniciativa espontanea de Vertical Skies y que las "monedas" que pagarían saldrían de su bolsillo?

Previo a este interminable escándalo que arrastró en el barro a una fiscal, se había entregado el pasaporte al jefe de la mayor organización uruguaya de narcotráfico, pero con proyección regional e internacional, detenido en Dubai por viajar con un pasaporte falso paraguayo. Todo el affaire fue un escándalo y sigue siéndolo.

No pretendamos hacer el inventario, de escándalos departamentales, nepotismos en cadena, ahora se produjo la acusación pública, en una campaña pública de parte de una militante blanca Romina Celeste por abuso de menores al senador Gustavo Penadés. El senador se defendió con declaraciones en la sede del Senado y de inmediato el Presidente de la República y el Ministro del Interior absolvieron al acusado que está siendo investigado por la fiscalía, obviamente con la asistencia de la policía (Heber es el jefe político de la policía). Ahora se han sumado nuevos menores a las denuncias ante la fiscal, sobre el mismo delito. La oposición ni ninguna otra fuerza política tiene absolutamente nada que ver con este nuevo escándalo...

Viendo las declaraciones de diversos dirigentes blancos ante este caso, no hay que ser una luz para darse cuenta que las posiciones son totalmente diferentes, pero además ya es vox populi que todo comenzó por movimientos internos de ajuste interno en el propio Partido Nacional.

Faltan casi dos años de este gobierno, comandado, y ese es la palabra justa, por el Partido Nacional y la continuidad de estos hechos es una posibilidad muy sólida.

Y de todo esto surge la pregunta: ¿Se están suicidando? Y por otro lado arrastrando a los otros partidos de la Coalición, obligados a defender casos totalmente repudiables.

Es cierto que el mayor precio lo están pagando de acuerdo a todas las encuestas los otros partidos, pero la responsabilidad de los hechos, Puerto, Marset, Astesiano, Penadés y otros, está directamente involucrado el Partido Nacional al más alto nivel.

Hay gobernantes nacionales y departamentales que cumplen sus responsabilidades y no corresponde que los involucremos en este desbarranque, en este suicidio. Y seguramente muchos de ellos, se deben formular las mismas preguntas que nosotros.

Y no ha terminado, ahora se viene el escándalo del remate de Casa de Galicia, que está llena de irregularidades y cosas oscuras.

En el Uruguay funciona el binomio de partidos más antiguo del mundo, blancos y colorados que de una y otra forma definen el perfil político del Uruguay y su estructura política e institucional. De esta tradición los uruguayos, nos hemos manifestado muchas veces orgullosos, a pesar de que las tensiones, las guerras civiles, los conflictos y la propia oposición que hemos forjado y han existido a lo largo de nuestra historia.

Un ejemplo diferente es el Partido Colorado, el partido del poder, el que durante mucho más años manejo el Poder Ejecutivo, tuvo a partir del gobierno 2000-2005 una caída estrepitosa en sus votantes, pero Jorge Batlle no suicidó a su partido, la crisis bancaria y económica en la Argentina y nuestra propia debilidad estructural compartida en algunos aspectos, más la fiebre Aftosa impactaron muy fuertemente en el cuadro electoral del 2004. Esto es totalmente diferente.

No incluimos el filo de la navaja por la que está caminando la Coalición multicolor ante la reforma de jubilaciones y pensiones. Es que el proyecto estratégico del Lacallismo es consolidar el liderazgo blanco de la derecha y si es posible de la derecha centro, pero este suicidio a ojos vista, los afecta a todos.

Detrás y delante de esta situación debería haber un debate político e ideológico porque sus efectos están siendo muy profundos en la cultura nacional, en su ética y su moral. Un debate en toda la sociedad, porque el gran proyecto es que este conjunto de hechos delictivos y amorales, sean aceptados por una parte importante de la sociedad uruguaya.